Perrito caliente con ketchup o mayonesa: el origen del hot dog

De que el perrito caliente le gusta a todo el mundo no cabe duda. Se trata de una de las comidas que seguramente más consenso despierten en un mayor número de paladares. Y esa fama es merecida a lo largo y ancho de todo el planeta. No hay un lugar de la tierra a la que este snack no haya llegado o al menos no se haya visto en un sinfín de películas o de series de televisión.

Muchos de estos productos audiovisuales, es cierto, están hechos en los Estados Unidos de América. Lo que nos lleva a la pregunta acerca de ¿es realmente estadounidense el origen de los perritos calientes? La respuesta es sí y no.

Su origen primero hay que buscarlo en el viejo continente, Europa. Más concretamente en el país de Alemania durante el siglo XIX. Fueron emigrantes procedentes en su mayoría de Alemania los que llevaron a Estados Unidos la costumbre de comer una salchicha hervida en agua y metida entre dos panecillos a modo de bocadillo o sandwich. Fue precisamente un carnicero alemán, Charles Feltman, quien primero puso un puesto de perritos calientes en las playas neoyorquinas de Coney Island hacia el año 1867. Fue un éxito absoluto. De hecho, uno de sus empleados, Nathan Handwerker, fue quien popularizó, a través de su propio local, la costumbre neoyorquina de consumir esta comida en cualquier parte.

El secreto del perrito caliente

Sin duda ese fue uno de sus puntos fuertes: que los perritos podían comerse en cualquier lado. Yendo al trabajo, en un descanso, en el transporte público y, sobre todo, viendo los partidos de béisbol, otra tradición que se fue arraigando por todo el país. Para encontrar el por qué se llaman “hot dog» (perritos calientes en inglés), debemos ir hasta el humorista gráfico Tad Dorgan. En 1901, mientras veía a los Giants de Nueva York, escuchó cómo alguien vendia esta comida refiriéndose a ella como “dachshund”, perro salchicha en alemán.

Había nacido un mito. Los ingredientes y preparación del perrito caliente no pueden ser más fáciles. Un bollo de pan alargado cortado en paralelo a su mitad y salchichas. La tradición manda que estas estén hervidas en agua, más que hechas en una plancha. Se le pueden agregar cebolla, pepinillos, col o queso fundido, pero en lo que hay acuerdo mundial es que las salsas que deben acompañar al perrito caliente son el ketchup, la mayonesa y la mostaza.

Con Helios, no habrá perrito caliente, o hot dog (en otros países como Argentina se le llama “pancho”) que se te resista. Solo tienes que tener el pan y la salchicha a punto y a continuación echarle la cantidad que desees de ketchup (con nuestros mejores tomates) o de mayonesa. Con nuestros envases individuales tendrás la dosis adecuada para cada ocasión. No habrá tampoco celebración familiar o entre amigos que se te resista. No en vano los “hot dogs” son ideales para cualquier evento social desenfadado, desde un cumpleaños con los más pequeños de la casa hasta una barbacoa en el jardín. ¡A por esos perritos!

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