A menudo podemos hacernos preguntas sobre algo a lo que estamos muy acostumbrados. Como por ejemplo, la de “qué es la dieta mediterránea”. En efecto, puede que estemos muy habituados a escuchar hablar y a leer sobre ella. Incluso a llevarla en nuestro día a día. Tanto, que si nos detenemos a preguntárnoslo tengamos que pensar bien la respuesta. Pero, ¿sabemos bien en qué consiste la dieta mediterránea? ¿Cuáles son sus características? ¿La practicamos tanto como pensamos? ¿Y cuáles son los beneficios de integrarla en nuestra vida cotidiana?

Para empezar, debemos indicar algo acerca de su origen. Aunque ella sea más antigua, la expresión “dieta mediterránea” no se empezó a utilizar hasta mediados del pasado siglo XX. Fue el epidemiólogo Leland Allbaugh quien se puso a investigar en la isla de Creta, en Grecia, los hábitos alimentarios de sus habitantes. También debemos hablar del fisiólogo Ancel Keys. Gracias a ellos, el mundo se dio cuenta de que una mejor salud podía deberse en parte a un estilo de vida activo y a comidas ligeras ricas en verduras y bajas en carnes.

Se trata de los modos y hábitos alimenticios que tradicionalmente se han dado en las zonas bañadas por el mar Mediterráneo, desde Portugal y Marruecos hasta la isla de Chipre. La dieta mediterránea, de la que incluso podemos ver referencias -aunque no con ese nombre- en la literatura clásica, forma parte desde 2013 del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Pero veamos en qué consiste y cuáles son los beneficios de la dieta mediterránea.

¿Qué es la dieta mediterránea?

Vamos con una rápida definición. Sería que es aquella que está basada en un consumo regular de alimentos como el aceite de oliva o los de origen vegetal, contando entre estos las frutas, verduras, legumbres o frutos secos. También el pan es muy importante, así como los lácteos como yogures y quesos, los cereales, la pasta y el arroz, una carne fresca, los huevos, el pescado y el agua. La dieta mediterránea se caracteriza por no incluir alimentos procesados, pues el ingrediente primordial para cocinar es el mencionado aceite de oliva, tan presente en esta zona del mundo.

Entre los beneficios de la dieta mediterránea destaca sobre todo el relativo a nuestro corazón. La dieta mediterránea, con su menos consumo de grasa y la adición del pescado, supone una buena prevención de las enfermedades cardiovasculares. También se ha asociado este tipo de alimentación a menor hipertensión, riesgo de diabetes o de contraer enfermedades neurodegenerativas. Además, sus alimentos más característicos son una riquísima fuente de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra.

Para Helios, la dieta mediterránea es muy importante. Tanto, que uno de los elementos más importantes de esta, el tomate, es fundamental para nosotros. En Helios, además de los mejores tomates, seleccionados uno a uno y de manera natural, tienes también un amplio catálogo de frutas y vegetales que integran esta dieta. Porque no renunciamos a la naturalidad y al sabor mientras nos cuidamos. Ah, y recuerda que la dieta mediterránea también tiene que ver con un modo de vida activo.