Cinco consejos para cocinar en familia

Se dice a menudo, y con razón, que la familia que crece unida, permanece unida. Desde luego, ese dicho tiene que incluir el tiempo que pasamos en la cocina con nuestros seres queridos. Porque, ¿qué mejor lugar para compartir con los más pequeños durante una tarde o una mañana de fin de semana?

Sí, es lógico que puedas estar pensando en el posible lío y desorden que pueda suponer la combinación de niños con la preparación de alimentos. Pero tranquila, porque para salvaguardar la calma te vamos a dar cinco útiles consejos para que todo salga a pedir de boca. Literalmente.

Por descontado, y desde antes de comenzar, todo desde la observación adulta y la máxima seguridad. Son, ya lo sabes bien, fundamentales en una actividad que implique niños y fuentes de calor u objetos cortantes. Ah, y con higiene y paciencia, claro.

Diseñad juntos el menú

Vamos con la primera. Esta tiene que ver con los momentos previos a ese instante en el que entras en la cocina con todo preparado. Puede ser incluso los días anteriores a eso. Piensa con ellos, con los niños, lo que vais a cocinar. Diseñad juntos el menú. Así ellos se sentirán mucho más implicados con la actividad y todo se desarrollará de manera más natural. Por supuesto, les hará ilusión tener esa sensación de poder decidir.

Haced un reparto de tareas

A continuación, una segunda y también importante recomendación: haced un reparto de tareas. Esto es útil por tres motivos. Uno es que puede contribuir a que aprendan la conveniencia de ser eficientes. También porque ayuda a que nadie entorpezca o invada el espacio del otro en la cocina. Y tercero pero no menos importante, porque al tener la sensación de una misión encomendada, entienden el concepto de responsabilidad. Y, claro está, siempre bajo la vigilancia de los adultos.

Experimentad

Tercero: aprovechad para experimentar con nuevos alimentos. Con nuevos sabores o texturas. Ellos estarán más receptivos a probar cosas en cuya preparación hayan participado. Y esta es una forma perfecta para que productos que en un principio pueden no ser sus favoritos se hagan un hueco en sus preferencias. Esas tardes juntos pueden ser el principio ideal para profundizar en una alimentación más sana.

Quién sabe si es en una de esas tardes cuando pueden descubrir las posibilidades de una macedonia de verduras, o aperitivos más saludables que otros más habituales como los pepinillos en vinagre. O la variedad que esconde un cóctel de frutas.

Sustituye la televisión por música

Es normal, a esas edades se distraen. Nos pasa incluso a los adultos. Para que todos estemos bien concentrados pero no tensos, aquí va una sugerencia muy concreta. Nada de tele que capte su atención y les haga desatender sus tareas culinarias. Pero ojo, como tampoco queremos un ambiente demasiado serio -¡son niños!-, te proponemos que pongáis música como acompañamiento a vuestras creaciones. Podéis consensuar antes qué canciones sonarán y programar una lista.

La cocina queda recogida

En efecto, no todo acaba cuando está todo listo para servir. Es más, un buen truco para que todo quede como estaba antes es ir recogiendo lo que no se vaya a volver a usar. Que cada uno se responsabilice, en la medida de sus posibilidades, de aquello que ha utilizado. Es un plus de tranquilidad para poder, ahora sí, sentarnos a disfrutar lo cocinado con tanto cariño.

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