¿Cuál es la historia de la pizza?

La historia de la pizza es la de una de las comidas más populares del mundo. Basta hacer la prueba de preguntar en cualquier rincón del mundo, a cualquier persona, si conoce esta redonda y deliciosa creación gastronómica. Seguro que responde que sí, y que además le encanta. Las hay de mil ingredientes y tamaños diferentes. Se consumen en porciones o enteras, de manera individual o compartiendo en grupo. A cualquier hora del día, es muy difícil decir que no a un trozo de pizza.

Para hablar de los orígenes de la pizza tenemos que remontarnos mucho tiempo atrás. Ya en la Antigua Grecia se acostumbraba a comer un pan plano con especias, ajo y cebolla. También los persas consumían queso sobre una masa de pan también extendida. Y entre los etruscos y los romanos era normal algo muy parecido a lo que hoy llaman en Italia “focaccia” o pan plano aderezado con aceite, orégano o aceitunas. Todos son en cierta manera antecedentes de la pizza, pero faltaba todavía un ingrediente fundamental.

Efectivamente, hablamos del tomate. Este llegó a Europa en el siglo XVI desde América. Poco a poco fue introduciéndose en la dieta del viejo continente, llegando a ser hoy un referente de nuestra alimentación tradicional. Pero no sería hasta el siglo XVIII cuando la costumbre de juntar salsa de tomate con un pan plano fermentado con levadura empezó a hacerse popular. Ocurrió en los barrios populares de Nápoles, y hasta esa ciudad del sur de Italia hay que viajar para encontrar la razón de por qué ese alimento rápido y sencillo comenzó su carrera imparable hacia el éxito actual.

La historia de la pizza “margherita”

Es el año 1889 y el rey italiano Umberto I y su esposa Margarita de Saboya están de visita en Nápoles. Allí, cerca del monte Vesubio y de la costa mediterránea, deciden entrar a comer en un local de la ciudad. El pizzero Raffaele Esposito le ofrece una pizza con los colores de la bandera nacional: el verde de la albahaca, el blanco del queso mozzarella y el rojo de la salsa de tomate. La reina queda encantada por ese sabor y a partir de ese momento la pizza, llamada “margherita” en su honor se hace más y más conocida.

Fueron después los inmigrantes italianos por el mundo quienes terminaron de llevar su fama fuera de esas fronteras. Tuvieron un papel principal los que llegaron a Estados Unidos, especialmente en Nueva York. Los soldados que volvieron a ese país tras estar en Europa durante la guerra mundial también contribuyeron, ya habituados a la pizza, a su auge. A mediados del siglo pasado, la pizza ya era uno de los estandartes de la comida en medio mundo gracias a la proliferación de restaurantes y puestos callejeros que la ofrecían.

Gozar de tu propia pizza casera nunca ha sido más fácil que ahora. Gracias sobre todo a Helios, cuya salsa especial para pizza hará posible esas fantásticas veladas, en familia o con amigos, en las que esta comida es la acompañante ideal para pasar un rato de lo más agradable. La creatividad a la hora de elegir las múltiples variantes de ingredientes corre de tu cuenta. A disfrutar y ¡que viva la pizza!

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