Ejercicio en casa y salir a correr: algunos consejos para comenzar

¿Quién dijo que cuidarse no fuera fácil? Hasta podemos comenzar haciendo ejercicio en nuestra propia casa. Pero vayamos por partes.

La importancia de una alimentación sana y equilibrada, de mantener el estrés a raya y de sacar tiempo para nosotros mismos o en familia, es fundamental. También lo es hacer ejercicio para evitar la vida sedentaria. La Organización Mundial de la Salud recomienda al menos dos horas y media semanales de actividad física. A partir de aquí, comienza nuestra responsabilidad.

Y no es para tanto. Es cierto que de entrada pueden parecer todo un mundo, el ejercicio físico o la práctica del deporte, si no estamos acostumbrados a ninguno de ellos.

Para empezar, además de asegurarnos de contar con la ropa cómoda, elástica y transpirable adecuada, podemos dar los primeros pasos en casa. Esto es un consejo especialmente dirigido hacia aquellos o aquellas a quienes imponga demasiado respeto por ejemplo salir a la calle a correr. Hacer ejercicio en casa es un comienzo perfecto además si sentimos que no disponemos de demasiado tiempo libre por otras obligaciones.

Ejercicio en casa: un buen comienzo

En primer lugar debemos estirar correctamente. Los músculos pueden sufrir lesiones si son sometidos a un esfuerzo repentino. Podemos hacer flexiones, sentadillas o abdominales sin movernos del salón de nuestra casa y en tres series de diez. También, si disponemos de algún escalón, podemos subir y bajarlo para tonificar las piernas en tres series de diez con cada extremidad. Hay muchos más tipos de ejercicios, como los abdominales cruzados o en bicicleta y la tijera, que son importantes para nuestro siguiente consejo.

Haz ejercicio de manera progresiva. No empieces demasiado fuerte, ni hagas demasiadas repeticiones de un mismo ejercicio, pues solo conseguirás sobrecargarte. Y puede que desilusionarte, pues es importante fijarnos pequeñas metas alcanzables poco a poco.

Así, la sensación de superación vencerá al cansancio físico. Es de vital importancia la constancia: todo esfuerzo tiene su premio en la vida. Y no se nos puede olvidar una perfecta hidratación: ten a mano siempre una botella de agua y evita el ejercicio en las horas centrales del día en verano.

Las posibilidades se multiplican fuera de casa. Además de poder realizar los ejercicios anteriores en gimnasios y bajo supervisión de profesionales, podemos caminar a paso ligero, practicar running, natación o bicicleta. Fijémonos en uno de ellos, quizá el más popular: correr.

Cómo empezar a correr

Si estamos pensando en cómo empezar a correr, por ejemplo, debemos tener varias cosas en cuenta. El running es un ejercicio fantástico y para el que no se necesita apenas equipamiento, más allá de unas correctas zapatillas y ropa deportiva cómoda. A pesar de que correr es un ejercicio aeróbico de media intensidad, es buena idea comenzar con intervalos de carrera cortos entre el paseo ligero. Por ejemplo puedes caminar durante cinco minutos, correr dos y volver a caminar cinco.

En cuanto a la cantidad de días, es suficiente con practicarlo dos o tres veces a la semana. Recuerda calentar y estirar antes y después. Y corre tranquilo, a un ritmo que te permita poder hablar a la vez que corres, y con pasos cortos.

La recuperación es también crucial. Y es entonces cuándo surge la pregunta: ¿qué debo comer cuando vuelvo a casa de correr? La respuesta está, por ejemplo, en el agua, la leche, las barritas de avena o los frutos secos, el yogur con fruta natural o un plátano por su alto contenido en potasio. Cremas de verduras también son buena opción. Nosotros te recomendamos la de zanahoria, por su alto contenido en potasio, fósforo y fibra.

Poco a poco, irás incrementando la duración del tiempo de carrera. Verás cómo te resulta fácil, en aproximadamente un mes, correr durante diez minutos seguidos sin perder el aliento. El cuerpo humano es muy agradecido y enseguida se acostumbra a lo sano.

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